Si miráis todas estas transformaciones, de lámparas que no decían nada, olvidadas en un trastero o encontradas en un rastro por cuatro duros, y véis en qué se han convertido, podéis alucinar. Echadle un vistazo a todas estas imágenes os haréis una idea de la ilusión que tengo en pintar una que compré hace más de un año, pero que todavía no sabía dónde colocar. Quizá su sitio sea el baño (en permanente remodelación).
Y, por fin, la mía. Va a necesitar mucho cariño aparte de pintura, pero confío en que quedará bien. Si necesitáis ánimos para un proyecto así, a mi me ha motivado muchísimo leer a Tocotón de Espíritu Chamarilero y la transformación, con baches y problemas incluidos, que ha dado a una lámpara de mesa. Aquí la primera parte y aquí la segunda.
Imágenes 1-6: Design*Sponge.
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