Una doble cuerda rosa flúor colgando del techo es la causante de que esta cama parezca flotar en el aire. Dos cubos de madera y algunos triángulos pintados y el resultado es un dormitorio plenamente sugerente, casi con evocaciones circenses, como tocado por la varita imaginaria de un malabarista.
Ha salido del portfolio de la estilista finlandesa Susanna Vento, una de mis preferidas.
Supongo que con un poco de cinta washi también se pueden crear ilusiones. Si todavía estás soñando, feliz domingo!
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