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Ideal, se entiende. El título del post es un poco irreal, pero no porque me falten ganas. Un poco como "Este es mi barrio"; pues bien, este que os muestro hoy es mi patio ideal, con muy pocas y leves variaciones.
Lo primero y principal: muy privado. Las miradas indiscretas que escapan desde los pisos superiores salen de ventanas de la propia vivienda, un edificio neoclásico que ASKarchitects ha reformado en Atenas.
Lo segundo: con la dosis justa de vegetación. Me he dado cuenta, después de intentar cuidar (en vano) de una parcela de jardin demasiado grande, de que un poco de orden no viene mal. Las plantas, en maceteros y jardineras, y muerte a las malas hierbas.
El pavimento, un damero gris y blanco, es sencillo, impactante, clásico y contemporáneo al mismo tiempo y fácil de mantener, el perfecto telón de fondo para el comedor de exterior (con dos mesas, como me gusta a mí), y mis amadas Chair One de Konstantin Grcic, en blanco y negro. Rozamos la perfección.
Detalles discretos y que te roban el corazón: el mensaje "I love you more", en la pared (míralo en la primera imagen).
Y las dobles puertas de acero y el ventanal, mmmmmm, perfectas.
Ideal, se entiende. El título del post es un poco irreal, pero no porque me falten ganas. Un poco como "Este es mi barrio"; pues bien, este que os muestro hoy es mi patio ideal, con muy pocas y leves variaciones.
Lo primero y principal: muy privado. Las miradas indiscretas que escapan desde los pisos superiores salen de ventanas de la propia vivienda, un edificio neoclásico que ASKarchitects ha reformado en Atenas.
Lo segundo: con la dosis justa de vegetación. Me he dado cuenta, después de intentar cuidar (en vano) de una parcela de jardin demasiado grande, de que un poco de orden no viene mal. Las plantas, en maceteros y jardineras, y muerte a las malas hierbas.
El pavimento, un damero gris y blanco, es sencillo, impactante, clásico y contemporáneo al mismo tiempo y fácil de mantener, el perfecto telón de fondo para el comedor de exterior (con dos mesas, como me gusta a mí), y mis amadas Chair One de Konstantin Grcic, en blanco y negro. Rozamos la perfección.
Detalles discretos y que te roban el corazón: el mensaje "I love you more", en la pared (míralo en la primera imagen).
Y las dobles puertas de acero y el ventanal, mmmmmm, perfectas.
¿Lo que no me gusta? Los apliques de exterior, no me gustan esos brazos curvados de bistró francés, me hubiera gustado más que hubieran elegido algo más "chic marroquí" pero quizás mejor porque, si no, no tendre´nada que cambiar en cuanto me mude.
El resto de la casa, que merece una visita, lo publicó Yatzer aquí.
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