Una casa tradicional pasada por el filtro de la contemporaneidad. La propuesta pasa por modernizar y embellecer los espacios dejando lugar al arte, permitiendo que el aire y la luz fluyan y que la decoración no entorpezca el objetivo de descansar y disfrutar. Así, las áreas de exterior son lo más sencillas posible, tanto la zona de comedor como la de tumbonas (oh la la).
Y sigo diciendo Oh la la con los detalles constructivos, como la puerta pivotante que separa interior y exterior, el panelado de la pared del salón, el revestimiento interior del espacio que intuyo en una vida anterior estuvo ocupado por las puertas,...
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El tono visón se confirma como un absoluto ganador, y demuestra que combina bien con todo tipo de tonalidades fuertes. Yo lo comprobé en mi baño, pero aquí veo que está genial con todas las gamas de azul.
El dormitorio también merece mención. Entre sus paredes continua el espíritu relajado de una casa al borde del mar, gracias a la decoración general en blanco, con pinceladas de azul, y con ideas brillantes como las puertas de los armarios, empapeladas como si fueran páginas de un libro. No sé si serán vinilos sobre pintura o directamente papel pintado, pero el efecto literatura me parece un toque muy interesante. Hace poco publiqué otro dormitorio también invadido por los textos, si quieres verlo pincha aquí.
¿Qué os ha parecido esta casa? ¿Nos vamos de vacaciones o nos mudamos definitivamente?
Es un proyecto de Zeta Studio Architetti.
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