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Aquellos que se incorporen hoy al trabajo después de las vacaciones seguramente estén añorando su cama y la sensación de libertad horaria que te da no tener despertador (padres de bebés, este comentario no va por vosotros). Instantáneamente, al ver una cama deshecha siento paz y calma (al contrario de lo que les pasa a muchas personas), serenidad y relax. El toque último del rótulo de neón en un interior doméstico, indicando la "escalera hacia el cielo" -de los sueños, nada necrológico-, a medio camino entre la instalación artística y el reclamo comercial, me ha conquistado. Feliz lunes!
pd: a los que tenéis síndrome postvacacional, recordad que es mejor eso que no tener vacaciones!
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