Llegada de la Francia de los años 20, hija de un pionero del galvanizado metálico (Xavier Plauchard), la silla Tólix es por méritos propios un clásico del diseño industrial. Últimamente no paramos de verla en los entornos en los que se hizo famosa, como las terrazas de las cafeterías, pero también en interiores domésticos. Es especialmente bella cuando se combina con mesas de madera tosca, o marcando contrastes con materiales suaves, con textiles o en ambientes de estilo romántico. 
Lo que me ha sucedido a mi con la silla Tólix es una historia de amor progresiva, puedo decir que cada vez me gusta más, y va directa a mi lista de futuribles. Es decir, que pronto me haré con una. En la web de Apartmueble he visto una reproducción de esta silla Tólix por 57 € (creo que uno de los mejores, si no el mejor, precios online para la réplica de esta icónica silla). En versión taburete estilo tólix, que también me parece precioso, está a la venta en Apartmueble por 50 €.
Me gusta especialmente en blanco, pero reconozco que una única silla, en rojo, con ese brillo del acero galvanizado, como en una de las imágenes superiores, me parece que crearía un rincón fantástico, y una barra de desayunos con un par de taburetes, ya no sé si en púrpura, rojo o en gris acero, sería sencillamente perfecto.
¿Qué os parece este clásico? Enamorados como yo? Me encantaría ver cómo os queda en casa si os habéis animado ya a incluirla en vuestra decoración.
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