Siento que este no va a ser un post corto. Y habitualmente no me excedo de diez imágenes porque me parecen entradas demasiado largas pero, esta vez, necesito hacer una excepción. Y es que cuando descubrí la obra de Kelly Reemtsen me quedé enamorada de sus iconos, mujeres con look años 50 demostrando toda su versatilidad empuñando herramientas. En una metáfora de que la fuerza no está reñida con la delicadeza, esta artista crea microescenas muy coloristas y poderosas.
Algún día tendré una de estos. O aprenderé a hacer uno de estos. O pediré que me regalen uno de estos, en fin.
Su particular visión del mundo se refleja en como vive, no podría ser de otra forma. Su loft, que además es su estudio, es un tratado de vitalidad, una oda a los clásicos del siglo XX y un sitio que, nada más verlo, arranca una sonrisa. Igual que ella arranca su Vespa amarilla por las calles de Los Angeles.
Si queréis ver algunos detalles más de su loft, pinchad aquí.
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