Cuanto menos, grandioso. Si sigues de cerca a Kelly Wreastler (en la columna derecha de este blog tienes un link a su página web), es probable que ya hayas visto esta imagen, y también es probable que tengas una opinión al respecto. Si contases con los metros cuadrados y el colosalismo de esta escalera en el recibidor, ¿te decantarías por una opción tan salvaje, cercana a convertir la pared en un mural de arte contemporáneo? ¿o bien te daría un síncope al entrar a casa? Es decir, ¿lo tuyo es horror o amor?
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