En esta casa, propiedad de unos editores de papel pintado, está claro quién es el absoluto protagonista. Y la apuesta arriesgada por la combinación de motivos y estampados es la muestra de que cada habitación puede tener su historia, su lenguaje y su esencia independientemente del resto de la casa. Y puede tenerlo con maestría, con auténticas lecciones de estilo y sabiendo vestir la casa. Porque, si nos fijamos un poco, nos daremos cuenta de que cualquiera de estas estancias podría estar despojada de muebles hasta dejarlos en la minima expresión (como de hecho sucede en algunas) y seguirían "invitando" a pasar, seguirían haciendo que se notaran los espacios vividos y vestidos.
El comedor se ensancha visualmente gracias a la horizontalidad de las rayas en color café y negro del papel pintado.
Por cierto, un diez para los murales de escenas de caza como el de la imagen superior, o los papeles pintados a mano, o los de fondo plateado que parecen suntuosos brocados y que firma la exclusiva casa de papeles pintados de Gournay.
Mi preferido es el descansillo de la escalera, decorado con un papel pintado que representa un banco de peces; da muchísimo dinamismo a una zona de paso.
Me imagino que no debe ser fácil elegir un par de modelos cuando tienes cientos disponibles, así que me parece acertadísima la selección que han hecho.
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