Ese flexo pintado en rosa me puso en alerta; me recuerda mucho a los que he pintado para la habitación de las niñas (dormitorio que no he terminado aún, ya sabéis, los últimos detalles). Y el resto de accesorios repartidos por aquí y por allá, en esta pequeña habitación de diez metros cuadrados me siguieron gustando. Encabezando mi clasificación, el ramillete de farolillos, pom-poms y estrellas que cuelga del techo en colores pastel, del rosa al verde. En segundo lugar, la cuna de hierro, sencillamente sublime. Y, en tercer lugar, el móvil de globos aerostáticos, precioso. Todo ello sin desmerecer las paredes, paneladas en madera que, pese a ser blancas, desprenden una calidez especial.
Seguro que Victoria, la bebé de Céline (autora del blog Chérie Sheriff) adora su habitcación. Vía Marie Claire Maison
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