Hoy os voy a enseñar el penúltimo árbol de Navidad que he hecho, y que ahora decora una oficina. Es realmente fácil de hacer, y algo entretenido. Partimos de una estructura de malla de acero, que compramos en una ferretería y que doblamos sobre sí misma hasta conseguir la forma de un cono. Unimos la malla entre sí con hilo de alambre. En este paso, necesitamos la ayuda de alguna persona más para que sujete mientras atamos la malla. Nos quedará una cosa así:
Después, nos aprovisionamos bien. Necesitaremos tijeras, y papel crespón verde. Yo utilicé dos tonos de verde, e incluso unas hojas de papel de seda, pero el crespón ha resultado más cómodo de trabajar en este caso.
Como véis, cortamos el papel en cuadrados y rectángulos. Y nada más, nos ponemos a rellenar el árbol apretando cada papelito en un cuadro diferente, con fuerza para que no se caiga, e intentando que no se vean huecos entre sí.
Empezamos desde abajo hacia arriba:
Si os animáis a hacer un árbol de Navidad de alambre y papel como éste, intentad que el lugar de montaje sea el mismo en el que pensáis colocarlo. A mí se me cayeron muchísimos papelitos bajando las escaleras, y en el momento de hacer las fotos no tenía tiempo de rellenarlo completamente. Quedó así:
La altura es mayor de 2,30 m., por lo que resulta perfecto para espacios estrechos como esta puerta de entrada.
¿Qué os parece? Es un árbol original, poco visto, que cuesta poco de hacer y que resulta muy económico. Y me queda poquita Navidad ya que enseñaros....
No comments:
Post a Comment